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miércoles, 1 de julio de 2020


Hola amigos, el nuevo cuento. En esta ocasión cambiamos el orden de publicación a pedido de un seguidor, ya que hoy es su cumpleaños, y lo saludamos con este cuento que nos pidió.
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Ahora sí, a leer, disfrutar y comentar.

Sabanas húmedas

Mireya se despertó, se desperezó y luego miró su cama. Sonrió de forma pícara, hacía rato que su vejiga le exigía ser liberada. Relajó sus músculos y un torrente amarrillo salió de entre sus piernas. La tibieza de la cama la excitaba. Amaba esa sensación de estar húmeda. Luego de un rato se cambió la ropa interior y el pantalón que estaban empapados. Despacio para no despertar a su compañera de casa, puso las sabanas y ropa húmeda a lavar.
-No puedo dejar que Carla se enteré de esto –aseguró.
Un cuarto de hora después ambas amigas desayunaban juntas.
-¿Cómo amaneciste hoy? –preguntó Carla.
-Bien, como siempre –respondió Mireya comiendo una tostada.
La conversación continuó por terrenos intrascendentes y salieron a trabajar.
A la noche después de la cena, cada una se marchó su habitación.
El despertador sonó temprano, Carla lo apagó, bostezó, se acomodó un poco el enmarañado cabello. Cerró las piernas en señal de que la urgía ir al baño. Pero no fue lo que hizo, solo abrió sus piernas, y al igual que sucediera con su compañera, un torrente dorado empapó su ropa y las sabanas.
-No puedo dejar que Mireya se enteré de esto –aseguró, mientras quitaba las sabanas.
Sin saberlo ambas amigas sentían un gran impulso por mojar sus camas, las excitaba. Pero pronto descubrirán que compartir su gusto es aún más entretenido que mantenerlo en secreto.
Mireya se fue dormir, una gran emoción la embargaba, sabía que en pocas horas, cuando despertara podría una vez más sucumbir a su más grande placer, liberar sus pipi y dejar que sus sabanas se mojen. Pero para su sorpresa su colchón se venció y empezaron a salirse los resortes. Sin opción tuvo que pedirle a su amiga que le permitiera compartir la cama hasta que tuviera un nuevo colchón.
Por dentro ambas maldecían su mala suerte, con la otra en la habitación no podrían mojar las camas.
A la mañana al despertar la tentación de humedecer las sábanas eran muy fuertes en ambas, pero la vergüenza de que la otra la descubra fue determinante. Durante el resto del día ambas estaban irritables, como si les faltara algo. Para peor a Mireya le avisaron que el nuevo colchón tardaría todavía algunos días más.
Después de dos días ambas no aguantaban más. Mireya se levantó temprano aquel día. Carla sintió que era su oportunidad, cambiaría las sabanas rápido y voltearía el colchón y su amiga jamás se enteraría. Se destapó y soltó el pipi. Pero en medio Mireya volvió a ingresar y vio como salía de su compañera un gran torrente dorado.
-¿Qué haces? –preguntó Mireya atónita.
-Me gusta mojar las sabanas –se confesó con la cara roja y aun largando pipi.
-¿En serio? –Carla asintió con la cabeza - ¡Qué bueno!
Sin decir una palabra más Mireya se sentó delante de ella, abrió las piernas y también soltó el pipi. En cuestión de segundos las sabanas estaban empapadas y amarillentas, y las dos amigas empapadas, pero también muy felices.
Desde aquel día en que ambas descubrieron su similar gusto no dejaron de hacerlo. Era su ritual levantarse a la mañana y soltar todo sus pipis en su ropa y las sabanas, cada cual lo hacía de su lado o a veces se ponía enfrentadas y cada una mojaba a la otra con su pipi.
Después de una semana de esto el colchón de Carla también se rompió y notaron que era por el desgaste del pipi. Abatidas por este descubrimiento intentaron hallar una solución que no fuera comprar un colchón nuevo a la semana.
Una tarde mientras Carla meditaba el asunto, Mireya llegó con un gran paquete en sus manos.
-¿Qué es eso?
-Esto es la solución a nuestros problemas –respondió la recién llegada -.Ven a ver.
Carla siguió a su amiga y vio que había desplegado dos enormes pañales.
-¿Pañales?
-Exacto.
-Ni de broma. No me gustan los pañales.
-¿Preferís seguir gastando más plata en colchones? Proba uno y fíjate.
Carla accedió, se puso algo de talco en sus partes íntimas y luego se abrochó el pañal. Liberó algo de pipi para probar, el pañal se volvió rápidamente una bolsa pesada y amarillenta. Miro a su amiga y vio que la otra también soltaba todo el pipi en el pañal.
-No está mal –admitió Carla, pero me veo tonta.
-Claro que no, te ves como una bebita.
-¿Qué?
Mireya tomó a Carla y la acostó en la cama, le quitó el pañal sucio y lo reemplazo por uno nuevo, previamente la limpió con toallitas húmedas.
Mireya se acercó a Carla aún más, apoyó el aun mojado pañal en el muslo de la pierna de su amiga y desde esa posición se quitó la remera dejando al descubierto dos rosados pezones.
-¿Mireya que haces? –preguntó la otra roja.
-No te preocupes, solo toma bebé.
Tomó a su amiga de la nuca y la atrajo hasta sus pechos. Carla ya sea porque lo deseaba o solo porque estaba confundida, abrió la boca y dejó ingresar la totalidad del pezón en su boca, y comenzó a succionar. Después de unos minutos aquella experiencia le pareció placentera, y continuó con más ahínco. Por su lado Mireya frotaba su pañal en el muslo de su amiga y jadeaba con las succiones de Carla. En ocasiones se apretaba los pechos como si aquello permitiera que salga leche.
Al cabo de unos minutos ambos sintieron un éxtasis aún mayor que cuando mojaban las sabanas.

Desde aquél día alternaban días para mojar la cama y días en que usaban los pañales. Para Mireya, Carla con pañales era muy tierna y no se resistía a ofrécele su pecho como si se tratase de la más tiernas de los bebés.


14 comentarios:

  1. Cómo se puede conseguir el libro?

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  2. Cómo se consigue el libro?

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  3. Para cuándo el nuevo cuento?

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  4. Se sabe algo de si van a seguir publicando?

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  5. Se sabe algo de si van a seguir publicando?

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  6. Puedes poner mi nombre en todas tus historias de abdl me llamo Ximo cebrian

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  7. Ximo cebrian es como me llamo yo y me gustaría que yo saliese en todas tus historias cuentos etc para los de abdl

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  8. No tienes pensado hacer una historia larga de 45 capitulos o mas sipnosis la tipica niña abandonada en un orfanato y después adoptada lo qué nadie sabía es qué la niña tenía abdl ni siquiera los padres qué la adoptaron sabían eso pasado una semana se encontraban con que la niña adoptada estaba en pañales la niña tenía 12 años la castigan poniéndole pañales dia y noche pero lo que no saben los padres es que la niña no durará en orinarse en el pañal y también defecarse en el pañal y andar así tranquilamente ya sea en casa cómo en un restaurante
    O dónde le cuadre

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    1. Preciosa idea para una historia ABDL. Lo tendré en cuenta para mi próxima historia en mi perfil de Wattpad @SandraQueen07

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    2. Siiii
      Ya te visite en el.perfil
      Me encanta tu historia
      <3 UwU TQM

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  9. Precioso!! Para cuando la continuación?? Estaría mega súper guay en un cómic!

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