Hola amigos, el
nuevo cuento. En esta ocasión cambiamos el orden de publicación a pedido de un
seguidor, ya que hoy es su cumpleaños, y lo saludamos con este cuento que nos
pidió.
Seguimos en
cuarentena por cuentos ab sigue publicando. Recuerden que la prevención es la
mejor forma de evitar el contagio, si pueden quedarse en sus casas, háganlo, y
ayuden de esa forma.
Les pedimos nos
SIGAN en todas las redes sociales (Facebook, Instagram y el blog), DIFUNDAN y
COMPARTAN las publicaciones para que Cuentos AB vuelva a tener el número de
seguidores que supo tener antes de que Facebook cerrará la página (cercanos a
los 5000)
Por último
recuerden que está a la venta el libro “El instituto AB” en formato pdf
(perfecto para esta cuarentena :), cualquier interesado escribe por privado
Ahora sí, a leer, disfrutar y comentar.
Sabanas húmedas
Mireya se
despertó, se desperezó y luego miró su cama. Sonrió de forma pícara, hacía rato
que su vejiga le exigía ser liberada. Relajó sus músculos y un torrente
amarrillo salió de entre sus piernas. La tibieza de la cama la excitaba. Amaba
esa sensación de estar húmeda. Luego de un rato se cambió la ropa interior y el
pantalón que estaban empapados. Despacio para no despertar a su compañera de
casa, puso las sabanas y ropa húmeda a lavar.
-No puedo dejar
que Carla se enteré de esto –aseguró.
Un cuarto de
hora después ambas amigas desayunaban juntas.
-¿Cómo
amaneciste hoy? –preguntó Carla.
-Bien, como
siempre –respondió Mireya comiendo una tostada.
La conversación
continuó por terrenos intrascendentes y salieron a trabajar.
A la noche
después de la cena, cada una se marchó su habitación.
El despertador
sonó temprano, Carla lo apagó, bostezó, se acomodó un poco el enmarañado
cabello. Cerró las piernas en señal de que la urgía ir al baño. Pero no fue lo
que hizo, solo abrió sus piernas, y al igual que sucediera con su compañera, un
torrente dorado empapó su ropa y las sabanas.
-No puedo dejar
que Mireya se enteré de esto –aseguró, mientras quitaba las sabanas.
Sin saberlo
ambas amigas sentían un gran impulso por mojar sus camas, las excitaba. Pero
pronto descubrirán que compartir su gusto es aún más entretenido que mantenerlo
en secreto.
Mireya se fue
dormir, una gran emoción la embargaba, sabía que en pocas horas, cuando
despertara podría una vez más sucumbir a su más grande placer, liberar sus pipi
y dejar que sus sabanas se mojen. Pero para su sorpresa su colchón se venció y
empezaron a salirse los resortes. Sin opción tuvo que pedirle a su amiga que le
permitiera compartir la cama hasta que tuviera un nuevo colchón.
Por dentro
ambas maldecían su mala suerte, con la otra en la habitación no podrían mojar
las camas.
A la mañana al
despertar la tentación de humedecer las sábanas eran muy fuertes en ambas, pero
la vergüenza de que la otra la descubra fue determinante. Durante el resto del
día ambas estaban irritables, como si les faltara algo. Para peor a Mireya le
avisaron que el nuevo colchón tardaría todavía algunos días más.
Después de dos
días ambas no aguantaban más. Mireya se levantó temprano aquel día. Carla
sintió que era su oportunidad, cambiaría las sabanas rápido y voltearía el
colchón y su amiga jamás se enteraría. Se destapó y soltó el pipi. Pero en
medio Mireya volvió a ingresar y vio como salía de su compañera un gran
torrente dorado.
-¿Qué haces?
–preguntó Mireya atónita.
-Me gusta mojar
las sabanas –se confesó con la cara roja y aun largando pipi.
-¿En serio?
–Carla asintió con la cabeza - ¡Qué bueno!
Sin decir una palabra
más Mireya se sentó delante de ella, abrió las piernas y también soltó el pipi.
En cuestión de segundos las sabanas estaban empapadas y amarillentas, y las dos
amigas empapadas, pero también muy felices.
Desde aquel día
en que ambas descubrieron su similar gusto no dejaron de hacerlo. Era su ritual
levantarse a la mañana y soltar todo sus pipis en su ropa y las sabanas, cada
cual lo hacía de su lado o a veces se ponía enfrentadas y cada una mojaba a la
otra con su pipi.
Después de una
semana de esto el colchón de Carla también se rompió y notaron que era por el
desgaste del pipi. Abatidas por este descubrimiento intentaron hallar una
solución que no fuera comprar un colchón nuevo a la semana.
Una tarde
mientras Carla meditaba el asunto, Mireya llegó con un gran paquete en sus
manos.
-¿Qué es eso?
-Esto es la
solución a nuestros problemas –respondió la recién llegada -.Ven a ver.
Carla siguió a
su amiga y vio que había desplegado dos enormes pañales.
-¿Pañales?
-Exacto.
-Ni de broma.
No me gustan los pañales.
-¿Preferís
seguir gastando más plata en colchones? Proba uno y fíjate.
Carla accedió,
se puso algo de talco en sus partes íntimas y luego se abrochó el pañal. Liberó
algo de pipi para probar, el pañal se volvió rápidamente una bolsa pesada y
amarillenta. Miro a su amiga y vio que la otra también soltaba todo el pipi en
el pañal.
-No está mal
–admitió Carla, pero me veo tonta.
-Claro que no,
te ves como una bebita.
-¿Qué?
Mireya tomó a
Carla y la acostó en la cama, le quitó el pañal sucio y lo reemplazo por uno
nuevo, previamente la limpió con toallitas húmedas.
Mireya se
acercó a Carla aún más, apoyó el aun mojado pañal en el muslo de la pierna de
su amiga y desde esa posición se quitó la remera dejando al descubierto dos
rosados pezones.
-¿Mireya que
haces? –preguntó la otra roja.
-No te
preocupes, solo toma bebé.
Tomó a su amiga
de la nuca y la atrajo hasta sus pechos. Carla ya sea porque lo deseaba o solo
porque estaba confundida, abrió la boca y dejó ingresar la totalidad del pezón
en su boca, y comenzó a succionar. Después de unos minutos aquella experiencia
le pareció placentera, y continuó con más ahínco. Por su lado Mireya frotaba su
pañal en el muslo de su amiga y jadeaba con las succiones de Carla. En
ocasiones se apretaba los pechos como si aquello permitiera que salga leche.
Al cabo de unos
minutos ambos sintieron un éxtasis aún mayor que cuando mojaban las sabanas.
Cómo se puede conseguir el libro?
ResponderEliminarCómo se consigue el libro?
ResponderEliminarPara cuándo el nuevo cuento?
ResponderEliminarYa no va ver cuentos?
ResponderEliminarSe sabe algo de si van a seguir publicando?
ResponderEliminarSe sabe algo de si van a seguir publicando?
ResponderEliminarPuedes poner mi nombre en todas tus historias de abdl me llamo Ximo cebrian
ResponderEliminarXimo cebrian es como me llamo yo y me gustaría que yo saliese en todas tus historias cuentos etc para los de abdl
ResponderEliminarNo tienes pensado hacer una historia larga de 45 capitulos o mas sipnosis la tipica niña abandonada en un orfanato y después adoptada lo qué nadie sabía es qué la niña tenía abdl ni siquiera los padres qué la adoptaron sabían eso pasado una semana se encontraban con que la niña adoptada estaba en pañales la niña tenía 12 años la castigan poniéndole pañales dia y noche pero lo que no saben los padres es que la niña no durará en orinarse en el pañal y también defecarse en el pañal y andar así tranquilamente ya sea en casa cómo en un restaurante
ResponderEliminarO dónde le cuadre
Preciosa idea para una historia ABDL. Lo tendré en cuenta para mi próxima historia en mi perfil de Wattpad @SandraQueen07
EliminarSiiii
EliminarYa te visite en el.perfil
Me encanta tu historia
<3 UwU TQM
Precioso!! Para cuando la continuación?? Estaría mega súper guay en un cómic!
ResponderEliminarEso
EliminarEn cómic en cómic!!!!!
Siiiiii en cómic
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