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miércoles, 6 de septiembre de 2017



Amigos un nuevo cuento. Les recordamos, que pueden adquirir su libro el Instituto AB en formato físico siguiendo este enlace: https://www.createspace.com/6381234 Sin más, les dejo el nuevo cuento a leer, disfrutar y comentar.

La bebé de papá

Toda mi vida mi fui AB. Cuando tenía ocho años le revelé a mis padres sobre mi gusto, y lejos de lo que pensé, no solo me aceptaron sino que accedieron a que, mientras este en la casa, puede vestir y actuar como un bebé. Incluso me compraron varias artículos y cosas: ropa de bebé de mi talla al igual que pañales con dibujos infantiles, una gran cuna e incluso un andador que se le podía aumentar de tamaño de modo que lo pudiera seguir usando a medida que crecía.
Hasta los diez años mi mamá solía cambiarme los pañales, aún recuerdo su dulce voz cuando solía decir:
-Acá hay olorcito, me parece que esta bebita ya necesita un cambio.
Acto seguido me llevaba a mi cuarto y allí me quitaba la ropa sucia, me limpiaba con toallitas húmedas mi colita y mis partecitas y finalizaba colocándome un nuevo pañal. Mi padre también me consentía bastante.
Pero a los once años, todo cambió. Mi mamá murió en un accidente de autos. Yo padecí ese gran vacío, mi padre intentó llenarlo no obstante no le fue nada fácil. Mi papá me permitió que siga siendo AB, pero ya no me cambiaba o bañaba como hacía mi mamá, por ello tuve que aprender a cambiarme los pañales sola, cosa que no fue nada fácil al principio.
De aquello ya pasaron diez años, ahora estoy cerca de terminar el secundario y empezar la universidad. Sigo con mi estilo de vida desde luego pero ya nada es igual, pese a que mi papá me acepta, no me trata como un bebé, sino como una mujer adulta, y a decir verdad extraño sentirme una bebé.
Como expliqué anteriormente estaba cerca de ingresar a la universidad, pero antes debía aprobar unos cursillos, motivo por el cual no hacía otra cosa que llegar de la escuela, ponerme un pañal un chupete y a estudiar toda la tarde. Los bueno de los pañales es que no necesitaba interrumpir mi lectura para ir al baño. Si tenía ganas de hacer pipí abría las piernas y soltaba todo dejando el trabajo al pañal. Por el contrario si tenía ganas de hacer popo hacía un poco de fuerza y listo, a seguir leyendo (dicho sea de paso tener popo en el pañal no me molestaba, como tampoco lo hacía el olor).
Sin embargo aquel día tan significativo estaba a mil con los apuntes y no me percaté, hasta que fue tarde, de que ya no tenía pañales. No tuve más opción de pedirle de favor a mi papá de que vaya hasta la pañalera por un paquete nuevo.
Regresó cerca de una hora más tarde, lo cual me llamó la atención porque el negocio estaba a tan solo unas cuadras de distancia. Lo noté muy emocionado como hacía tiempo no pasaba. Intrigada me cambié los pañales lo más rápido posible, los cuales estaban a punto de estallar, y le fui a preguntar.
-Nada, nada –exclamó con la misma sonrisa -¿Esos pañales son los correctos?
-Si –repliqué sin conformidad con su respuesta.
Después de aquel día, mi padre se ofrecía a ir siempre a la pañalera. Incluso en ocasiones lo hacía cuando aún tenía pañales.
-No quiero que te pase lo de la última vez -solía decir.
Empezaba a llamarme la atención. Una noche acabábamos de cenar. Yo levanté los platos y el los lavó como era nuestro acuerdo. Después de eso me desperecé y di un gran bostezo.
-¿Tienes sueño, bebita? –me preguntó con atípica ternura.
Asentí con la cabeza confundida. Sonrió, dejó de lado el repasador, me tomó en sus brazos y me llevó hasta mi cuna. Allí me dejó con cuidado y me palpó la entre pierna.
-Creo que este pañal ya está muy cargado.
Tomó uno nuevo, y procedió a cambiarme. Primero me limpió con toallitas húmedas mi colita y partecitas, después me puso el pañal nuevo el cual lo pasó entre mis piernas y lo apretó con fuerza a la altura del abdomen. Para finalizar, me colocó mi chupete en la boca, puso a andar mi móvil y me besó en la frente. Mi corazón palpitó con fuerza por unos segundos me recordó a mi madre. Aquella noche dormí mejor que en años.
Pero esta experiencia no se limitó a lo de esa noche, sino que se repitió, poco a poco mi papá me iba tratando más y más como un bebé tal como lo anhelaba.
Una noche me dio una gran sorpresa, cuando fue la hora de cenar, me esperó en la cocina con un gran paquete.
-¿Qué es? –pregunté.
-Un regalo, abriló.
Con rapidez le quité el papel descubriendo una sillita alta como de bebé pero de mi medida.
-No quiero que mi bebita, se caiga -exclamó.
Me tomó en brazos y me sentó, me amarró con las correas y por último me colocó un babero. Prosiguió con la cena una papilla y una gran mamadera de leche. Estaba en el paraíso, aun no sabía la causa de su cambio pero lo agradecía.
En otras ocasiones recuerdo que se tiraba al piso a jugar conmigo, otras veces me ponía en el gran andador y fingíamos que no sabía caminar y que debía aprender. Ni hablar cuando era momento de un cambio de pañales por pipi o popo, siempre me cambiaba, ya no dejaba que lo haga sola.
El remate fue cuando se apareció con un gran cochecito.
-Ah papá –exclamé –agradezco lo que haces pero no creo estar preparada para salir así a la calle.
-Pero podemos hacerlo en nuestro jardín.
Con una gran sonrisa me subí, y esperé que me sujete con las correas. Fuimos a nuestro jardín el cual era muy grande y allí estuvimos paseando un buen rato.
Al fin la duda fue más grande e hice la pregunta.
-Papá, todo lo que haces me encanta y desearía que siga, pero ¿porque este repentino cambio?
Él se colocó de cuclillas frente a mí, me miró fijo a los ojos y me explicó.
-He estado viéndome con la dueña de la pañalera, es muy amable, y además que me hace bien me explica como conectarme con una chica AB, con vos. Después de la muerte de tu mamá me costó saber cuál era la forma correcta de tratarte y eso creo que hizo que nos alejamos.
-Pero ya no, papá –lo abracé.
Desde aquel día las cosas volvieron a hacer como antes, aun extraño a mi mamá, pero mi papá hace todo lo posible por llenar el espacio vacío.
También conocí a su nueva novia es muy amable y al igual que él me trata todo el día como a una dulce bebé.

6 comentarios:

  1. Disculpen creen que pueda haber un cuento de temática sissy baby, pero que el niño o chico no quiera ser un bebé

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  2. Seguirán con los cuentos? Sino, otra idea sería abrir otra página de Facebook.

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    1. La pagina sigue, aabamos de pblicar, estoy algo demorado pero intetaré actualizar más seguido

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  3. subaaaan o hagan otra página por favooor

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    1. Acabamos de subir un nuevo cuento, amigo, gracias por seguirnos

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