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martes, 24 de marzo de 2020


Hola amigos, el nuevo cuento. Decidí adelantar unos días la publicación debido a la situación mundial que todos conocemos. Hay muchos países en cuarentena (el mío incluido) y éste es mi granito de arena para ayudar. No es mucho, pero si al menos los lectores pueden distraerse un ratito es tarea cumplida. Recuerden que la prevención es la mejor forma de evitar el contagio, si pueden quedarse en sus casas, háganlo, y ayuden de esa forma.
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Ahora sí, a leer, disfrutar y comentar

Cuatro mamis x un bebé.

Jamás olvidaré aquellas vacaciones. Como era habitual en mí alquilé un departamento y me fui solo. Me gusta la paz y la intimidad. Al arribar descubrí que al lado mío se habían alojado un grupo de cuatro jovencitas algo alborotadoras: Nazarena, Aldana, Laura y Gabriela. Intenté no prestarles atención y seguir con mi rutina de descanso. Pero con el correr de los días descubrí que eran mujeres amables y poco a poco nos hicimos amigos. En más de una ocasión me invitaban a almorzar o cenar y yo les respondía de las misma forma.
Justamente en un almuerzo comenzó todo. Comíamos fideos cuando sin querer manché un poco mi camisa con salsa. Entre risas las jovencitas se miraron de forma cómplice.
-Pero que bebé, mas cochino –exclamó Gabriela.
Sonreí a lo que pensé que era una broma. Pero Aldana pasó por detrás de mí y ajustó a mi cuello un gran babero.
-Creo que vas a necesitar esto.
-Bueno es suficientes de bromas –respondían intentando quitarme el babero.
-Shh, bebé, malo –me recriminó otra y me golpeó la mano -. Mami te va ayudar a comer, abrí la boquita –agarró un puñado de fideos y me lo llevó a la boca.
-¿Qué es esto? –me quejé -. No es un juego divertido.
-No es un juego –Laura me abrazó por detrás -. Vinimos aquí en busca de un bebé adulto, para cuidarlo, mimarlo y lo encontramos.
-¡Pero yo no soy una bebé!
-Eso se soluciona rápido –Las cuatro se abalanzaron sobre mí.
Cuando me quise dar cuenta de lo que estaba pasando me encontré despojado de mis ropas y vistiendo un enorme pañal blanco, guantes en mis manos y un chupete en la boca.
-Ahora sí, eres todo un bebé –aseguró Laura.
-No todavía no, me gustaría ver como embarra y moja ese pañal –corrigió Nazarena.
-¡Eso de ningún modo pasará! –grité.
-¿Ah no? Ya verás que sí.
-Además no tiene nada de malo, todos los bebés lo hacen. Y aquí tienes cuatro mamis para que te cambien –Aldana me hablaba como si fuera un niño pequeño.
-¡¡¡NO SOY UN BEBÉ!!
Iba a agregar algo más, pero mis intestinos rugieron de forma furiosa.
-¿Olvidamos mencionar que pusimos laxante en tu comida?
Salí corriendo derecho al baño, pero estaba cerrado. Me tomé el vientre por los cólicos e intenté hacer fuerza para evitar salir el popo. Pero mi esfuerzo duró escasos segundos. Poco a poco salió el popo y de repente una gran cantidad que parecía no tener fin. La descompostura me hizo largar pipí también. Cuando finalicé me desplomé en el piso lo que hizo que el popo se desparramara más. El pañal combinaba un color amarronado y amarillento, el olor por otro lado era insoportablemente desagradable.
-Ahora sí, es todo un bebé –se jactó Nazarena.
Me tomaron de la mano y me llevaron a una habitación. Me recostaron en la cama y colocaron un cambiador debajo de mí. Me quitaron el pañal y el olor se sintió más fuerte.
-¡Puf! pero que bebé más cochino –Aldana se tapó la nariz.
Con dedicación, y muchas toallitas húmedas me limpiaron todo. Para finalizar me pusieron talco en mi colita y mis partes y coronaron todo con un nuevo pañal.
-Te recomiendo que te dejes ese pañalito bebé, porque de seguro el laxante seguirá actuando y sino vas a hacerte popo encima.
Frente a tales palabras no tuve muchas alternativas, tampoco podía salir de la casa, por ello solo me quedó rendirme a sus locuras, y dejarlas llegar al límite, sea cual sea.
Lo que siguió fue volver al comedor donde me aguardaba para beber una mamadera llena de leche tibia. Comparado con lo sufrido anteriormente beber eso no parecía tan malo, pero como era de esperarse no sería tan sencillo. Laura me hizo recostarse en su regazo, y fue ella quien me dio de tomar la mamadera.
-Creo que el bebé debe dormir una siesta –sugirió Aldana.
-No voy a dormir nada.
-Sí, ya se está poniendo caprichoso. Pero yo sé cómo calmarlo –agregó Nazarena.
Fue ella quien me tomó en sus brazos esta vez. Se subió la remera y sacó uno de sus senos. Me quedé paralizado frente a la imagen. Pero tiernamente atrajo mi cabeza hacía el pezón. Como si fuera un bebé, cerré mis ojos y empecé a succionar. No salía nada, pero aquello era tan relajante y lindo que finalmente me quedé dormido, mientras la mujer entonaba una dulce canción de cuna.
Cuando volví a abrir los ojos no estaba seguro cuanto tiempo había transcurrido. Apenas me moví sentí mi entrepierna pegajosa. Me incorporé y vi mi pañal amorronado y un olor desagradable proviniendo de él.
Miré a un costado y vi Gabriela mirándome con expresión maternal.
-¿Te hiciste popo, bebé? –Asentí con la cabeza -. No te preocupes, mami Gabi te cambia.
Me recostó en el cambiador plástico, me quitó pañal cochino y me limpió con mucho amor. Me acomodó un nuevo pañal debajo de mi colita y lo cerró con fuerza a la altura de mi abdomen después de rociarme con talco.
-Vamos bebito, la comida está lista.
Me tomó de la mano y me guio, eventualmente giraba para mirarme y reírse tiernamente ya que debido al abultado pañal, debía caminar con las piernas muy abiertas y de forma torpe como un buen bebé.
Al arribar las otras mujeres ya me aguardaban. Me colocaron en una silla alta para bebé, me engancharon con las tiras de seguridad y me volvieron a colocar el gran babero con dibujos de Mickey.
Mi cena consistió en una mezcla de banana y manzana pisada, mezclada con miel.
-Una comida bien nutritiva para nuestro bebito que está creciendo –expresó Aldana al tiempo que hacía “el avioncito” con la cuchara.
Antes de finalizar mi cena, nuevos cólicos se hicieron presente. Sabía que pedir por el baño sería imposible, y era inevitable lo que sucedería. Así que simplemente me acomodé y solté todo el popo, y también pipi, que tenía. En segundo el pañal se infló al punto que parecía que explotaría.
El desagradable olor característico inundó la cocina y mis cuatro “mamis” se percataron.
-Pero que bebé más cochino, si te acabamos de cambiar el pañal –me retó Gabriela en forma juguetona.
-A mí me parece que a este bebito le gusta mucho hacerse en su pañal.
Esta vez fue Aldana quien me cambió. Una vez limpio se dedicó a llenar de besos mi panza, al tiempo que repetía sin cesar.
-¡¿Quién es el bebito más lindo?! ¡¿Quién es?!
Para esa altura ya no molestaba tanto la situación. Si bien era humillante, mis cuatro mamis se reocupaban por mí.
Luego de la cena surgió la idea de pasear. Mis mamis no querían que pasara vergüenza, así que me subieron a un cochecito de bebé, y me llevaron por lugares pocos transitados. Hubo personas que me vieron, pero para esa altura ya me daba risa. Me compraron un helado.
-Espera bebito, por que vos sos muy cochinito –me dijo Laura poniéndome el babero antes de entregarme el helado.
Al regresar, tuve un último cambio de pañales para ir limpio y seco a la camita.
Como a la tarde Nazarena se recostó a mi lado y me ofreció succionar de sus pechos. Lo hice con desesperación, y a los pocos segundos dormía profundamente.
A la mañana me desperté dispuesto a un nuevo día de bebé. Mi pañal estaba lleno de pipi. Pero me llamó la atención que ninguna de mis mamis estuviera allí. Gimoteé como bebé pensando que esperaban eso de mí, pero nada.
Llegué hasta la cocina y vi una nota en la mesa que decía:
Bebé: las mamis volvieron a casa. Gracias por ser el mejor bebito. Será hasta que nos reencontremos
Gabi, Lau Naza y Aldi.
Me entristecí, vi un pañal sobre la mesa y lo utilicé para cambiarme el que tenía puesto. Desde luego sólo, no era lo mismo.
Pasados unos días fue mi tiempo de retornar. Pero ya estaba planificando mis siguientes vacaciones con la esperanza de reencontrarme con mis mamis y volver a ser su bebé.


4 comentarios:

  1. Hola! Siempre fui muy fan de esta página, y me preguntaba si podría traducir sus cuentos al inglés, para que más personas pudieran leerlas. Podría hacerlo? (Obviamente, dando todo el crédito a ustedes)

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  2. Hola amigo,gracias por seguirme. El blog tiene la opción de traducirlo a cualquier idioma. Facebook que es la otra plataforma deonde se publica no. No tengo inconveniente en que te tomes ese trabajo. Pero mi pregunta es donde lo publicarías? Un saludo

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  3. Está buena la historia

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