Amigos un nuevo
cuento. Les recordamos, que pueden adquirir su libro el Instituto AB en formato
físico siguiendo este enlace: https://www.createspace.com/6381234. Sin más, les dejo el nuevo cuento a leer, disfrutar y comentar.
La bebé de las
hermanas
Lo que voy a
contar será difícil de creer para muchos, pero les puedo asegurar que es real.
Me llamó Claudio tengo 20 años y ésta es mi historia.
Todo comenzó
cuando conocí a mi actual novia Ángela, una chica hermosa. Nuestra relación iba
viento en popa, hasta que me presentó a su pequeña hermana, Ivana.
A sus nueve
años era realmente intolerable. Claro que yo no quería problemas con mi novia así
que soportaba todo. Ángela en cambio estaba enamorada de su hermana y no veía
lo que realmente era.
Un caluroso
domingo llegué al límite de mi paciencia y frente a una burla que me hizo
sentir humillado, le grité todo lo que venía acumulando desde hacía un tiempo.
La niña se quedó paralizada del miedo y acto seguido se largó a llorar.
Desde luego que
recibí una catarata de críticas y reprimendas de mi novia, lo peor es que
cuando terminó de gritarme me hecho de la casa.
Había perdido
al amor de mi vida por mi intolerancia a una niña. Pensé que todo había
terminado. Pero una semana después recibí un llamado de Ángela para que nos encontráramos
a hablar. Tenía mi oportunidad para retractarme, suplicarle si era necesario,
pero lo que las hermanitas tenían en mente iba mucho más lejos.
Cerca de las
tres de la tarde ambas se presentaron frente a mí. De entrada dejaron en claro
que ellas hablarían y yo solo escucharía.
-Si quieres mi
perdón –exclamó mi novia -.Lo que tienes que hacer es muy simple, hacer feliz a
Ivi.
-Ok –respondí
dubitativo -.Y ¿cómo lo hago?
-Muy simple.
Por el lapso de un fin de semana tienes que jugar a la mamá y al bebé.
-¿Qué?
-Lo que acabo
de decir.
-Y ¿cómo se
juega?
-Bueno Ivi será
la mamá y obvio vos la bebé. Por ende durante ese tiempo deberás comportarte y
vestirte como bebé.
-¡Es una
locura! –tenía la cara roja -¿Esa es la única condición? ¿no podríamos
hacer otra cosa?
-No es
negociable.
-¿Quieres
realmente que me comporte así? Pero…
-Si no quieres
estás en tu derecho, pero nosotras nos vamos.
-No esperen
dije casi sin pensarlo .Esta bien… voy a hacer de un bebé.
-Una bebé
–aclaró Ivana con una sonrisa maliciosa.
La vergüenza
que sentía era indescriptible.
Cuando llegó el
fin de semana me presenté a la cita. Los padres de Ángela estarían fuera así
que era el momento propicio para poner en práctica mi castigo. Al entrar me
recibieron con una gran sonrisa. Me hicieron pasar al comedor y allí, sobre un
sofá, había un gran pañal blanco desplegado y a la espera de que alguien lo
use, un vestido rosa con voladitos y flores, un chupete del mismo color, moños,
y algunos otros accesorios. Todo eso obviamente era para mí.
* * *
Pese a mi
pedido las mujeres se negaron a que yo solo me coloque la ropa. Así que mi
novia me desvistió, mientras Ivana aguardaba en otro lugar, y me hizo recostar
sobre el pañal. Me roció con talco. Lo cruzó por entre mis piernas y lo cerró a
la altura del ombligo.
Hecho esto
ingresó su hermana, ella continuó con la trasformación, primero me puso el
vestido, el cual no cubría por completo el pañal. Como hablaba me puso el
chupete en la boca y me calló. Después me acomodó el pelo para hacerlo más
femenino y me puso el moño. Para terminar me puso un poco más de maquillaje en
la cara. De la mano me llevó a un espejo para que me contemple no podía creer
lo que veía, parecía otra persona, o más bien parecía una mujer que tenía
puesto un pañal. Pero el fin de semana recién empezaba.
Después de mi
cambio de hombre a mujer, o mejor dicho a niña, a bebé siguió el nombre ya no
sería Claudio sino Sofía. Era tal la vergüenza que tenía que prácticamente ni
me inmutaba frente a tanta humillación. Ivana precedió a explicar las reglas
que regirían mi vida por los siguientes dos días. Básicamente m comportamiento
debía ser como el de un bebé, es decir hacer exactamente todo lo que hace un
bebé, y aclaró la palabra TODO mirando hacía el pañal.
-¿Entendiste,
Sofía?
No sé si fue
por el hecho de entender que ese era mi nombre ahora, o por los nervios y la
humillación o simplemente una sumatoria de cosas, pero casi sin percatarme me
hice pipí encima. El pañal se volvió amarillento y súper pesado tanto que
sobresalía más del vestido.
-Creo que la
nena ya entendió –exclamó mi novia en forma burlona y mirando el pañal.
-Que tal un
poco de popo también –me dijo Ivana acercando su cara.
-¿Qué? –grité
alarmado.
-Shhh, los
bebés no hablan –me volvió a poner un chupete de color rosa -.Ahora si no haces
popo por tus propios medios, tenemos métodos más persuasivos -me mostró una
enema lista para ser usada.
La situación
iba de mal en peor, no quería bajo ninguna condición que me hicieran una enema,
así que entregué mi dignidad, si es que me quedaba algo. Me puse de cuclillas y
empecé a hacer fuerzas. Pasado un rato sentí como mi ano se dilataba, para dar
paso a una buena cantidad de popo. El pañal se volvió aún más pesado y el
ambiente quedó apestado. Casi si fuerza me dejé caer.
-Guau, aquí
apesta. Creo que esta bebito ya se hizo
popo.
-Sí, pero no
tenemos tantos pañales, así que va a tener que estar así un rato más.
Como era de
esperarse me dejaron con el pañal repleto de pipí y popo, cada vez que me movía
sentía el popo ir de un lado a otro, y cuando me sentaba se esparcía más y más
a lo largo del pañal y de mi colita. Y a donde iba el olor me seguía como un
perro faldero.
Durante ese
tiempo tuve que estar sentado en el suelo jugando a las muñecas como Ivana, no
encontraba ninguna diversión en ello, pero debí fingir que lo disfrutaba.
Después llegó
el momento de mi cambio. Me avergonzaba que me vieran desnudo pero ya no
soportaba el estado de los pañales. Mi novia me llevó a su cuarto, allí me
limpió con cuidado con toallitas húmedas, me puso una crema para las paspaduras
y algo de talco y un nuevo pañal decorado con dibujos de princesas.
Cuando cayó la
noche, estaba bastante exhausto por el día, pero mi novia y su hermana todavía
tenían planes para mí. Para la cena me colocaron un babero y me hicieron sentar
en una sillita ata de bebé, en la que increíblemente entré. Mi comida consistió
en una papilla de manzana y una gran mamadera de leche tibia.
-Acá viene el
avioncito –jugaba Ivana con la cuchara mientras me daba de comer, desde luego
yo tenía que fingir disfrutar de la situación.
Para dormir, me
sacaron el vestido y me pusieron un camisón de mujer con dibujos infantiles, me
recostaron en un sillón, me hicieron abrazar un oso de juguete y me cantaron
canciones de cuna, no es que eso me ayudara pero era tal el cansancio que en
pocos minutos me dormí.
Al día
siguiente me desperté con muchas ganas de hacer pipí, caminé tratando de no
hacer ruido, pero fue en vano las hermanas ya se habían levantado. Les expliqué
de mi urgencia de usar el baño, pero la única respuesta que obtuve fue:
-Para eso tienes
el pañal, mi amor.
Desde luego que
me resistí a tal medida, pero luego de un rato, las ganas fueron más fuertes y
no tuvo otra opción que soltar todo en mi pañal, el cual se volvió más hinchado
y pesado.
Mi desayuno al
igual que la cena fue una gran mamadera, la cual tomé casi sin respirar puesto
que moría de hambre. Lo que no sabía es que dentro le habían puesto laxante.
En cuestión de
minutos hizo efecto, las ganas eran tan fuertes que me fue imposible siquiera
articular una frase, en un segundo de descuido mi pañal se llenó de popo.
-Vaya parece,
que la nena ya se hizo popo –dijo Ivana oliendo el aire.
Me llevaron a
una habitación y allí me quitaron el pañal, y durante un buen rato me debieron
limpiar con toallitas húmedas porque estaba muy sucio. Me colocaron un nuevo
pañal, y me pusieron un nuevo vestido, de color rosa también pero diferente al
del día anterior. Otra vez me peinaron de forma femenina y culminaron con un
moño.
-Pero que linda
nena –solían decir en repetidas ocasiones.
Lo que siguió
fue más juegos con muñecas, y más cambios de pañales ya que el laxante seguía
haciendo efecto. Cerca de la noche mi castigo finalizó. Como conclusión mi
novia volvió conmigo ya ahora tengo mejor relación con Ivana, todo porque por
un fin de semana me convertí en su bella bebé.

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